A los compañeros y las compañeras, trabajadores y trabajadoras de la salud
A los que por muchos años hemos desempeñado nuestra labor enfrentando en el día a día la falta de recursos e insumos, realizando extenuantes jornadas en consultorios y hospitales precarizados por este sistema que prioriza el negocio de la salud.
A los que hemos debido dar la cara a nuestros pacientes, en más de una oportunidad, para decirles: “no tenemos ese examen o medicamento”, “no hay cama”, “tendría que hacerlo particular”, mientras los gobernantes de turno miran hacia otro lado con indolencia.
A los que conocemos la realidad de la salud de nuestro pueblo; que vive hacinado, sin acceso a una alimentación sana, estresado por las deudas, enfrentado el tráfico y la violencia; condiciones que determinan sus enfermedades más allá de nuestras atenciones.
A los que hoy en la pandemia hemos sacado a relucir nuestra creatividad y compromiso auto-organizando nuestra respuesta frente a la emergencia.
Especialmente,
- A trabajadores/as del aseo que debimos intensificar nuestras jornadas por un mismo salario de miseria.
- A administrativas/os que tuvimos que reorganizar toda la atención y llamar a los pacientes.
- Al equipo psicosocial que intentamos acompañar y contener ante esta situación de incertidumbre.
- A todo el equipo de técnicos de enfermería, enfermeras/os, tecnólogas/os médicos, matrona/es, nutricionistas, kinesiologas/os, fonoaudiólogas/os, terapeutas ocupacionales, odontólogas/os y médicas/os que atendemos directamente a toda la población buscando su recuperación.
Y a tantas y tantos que colectivamente construyen ese equilibrio físico, psicológico y social que llamamos salud.
A todos y todas, en el mes de las y los trabajadores, les enviamos un fraterno saludo por el esfuerzo y trabajo que levantan cotidianamente en cada espacio de salud.
En este momento, también somos firmes en señalar que no queremos caer en el “heroísmo” ante la precariedad que nos toca vivir, porque no bastan los aplausos, necesitamos condiciones dignas.
Hacemos un llamado colectivo a dirigir también ese plus-esfuerzo hacia la organización y la lucha que nos darán la dignidad. Condiciones para dar una buena y oportuna atención, junto con desarrollar al máximo nuestras capacidades humanas, técnicas y de conocimientos y acabar con su orientación hacia el mercado de la enfermedad nos permitirán que nuestro trabajo se ponga a disposición de una mejor salud para toda la sociedad.
¡Que nuestro compromiso con la salud traspase las paredes del box y se transforme en fuerza organizada para conquistar nuestra salud y dignidad!