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Boric junto al Presidente de la CChC, 2022

CAPÍTULO II

Desarrollo urbano y política de vivienda en Chile al servicio del capital privado

Por Área Habitabilidad de ConVocación

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Si bien la CChC nace a mediados del siglo XX en Chile, es durante el período de Dictadura Militar que su influencia logra combinarse con ajustes y transformaciones que, en coincidencia con sus intereses, sientan las bases de lo que será el funcionamiento de las políticas de vivienda y desarrollo urbano, de corte neoliberal, que rigen hasta hoy.

Uno de los principales objetivos de la ofensiva capitalista, al imponer el neoliberalismo durante dictadura, fue restablecer el carácter primario exportador de la economía; es decir, reponer a Chile en la economía mundial como un país centrado en la exportación de materias primas. Esto produce, evidentemente, una brutal reducción de las inversiones productivas, y genera condiciones para el aumento de las inversiones de carácter especulativo como el suelo y commodities o materias primas.

En función de esa lógica, la liberalización del mercado de la vivienda; es decir, la falta de regulación por parte del Estado frente a la libertad de acumular y comercializar con el suelo por parte de los capitalistas, constituyó una condición indispensable para generar plusvalía (utilidades) en manos del capital privado, a partir de la especulación y la construcción inmobiliaria. Para poder asegurarlo, fue necesario fomentar un sector inmobiliario privado que dirigiera y controlara el desarrollo urbano a nivel nacional.

En 1975, se pone fin al funcionamiento de la Corporación de Vivienda (CORVI) —entidad encargada de fomentar la construcción de viviendas económicas, la ejecución de proyectos habitacionales, la urbanización y la  reconstrucción en todo el país; y que había adquirido un rol central durante los gobiernos de Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende—, para conformar en el año 1976 mediante el DL Nº 1.305 el Servicio de Vivienda y Urbanismo (SERVIU), institución autónoma del Estado emplazada en cada región de Chile que fusiona las atribuciones de las corporaciones existentes hasta el momento, y que posee un rol orientado exclusivamente a dar curso a los planes y programas de vivienda.

«La mercantilización del suelo urbano favorece a aquellos que poseen mayor poder adquisitivo»

Asimismo, con el fin de someter el suelo urbano a las lógicas del mercado, desde el discurso oficial se planteó que, al eliminar la norma referida al límite urbano y liberar el suelo de las trabas que imponían las normas de planificación urbana, los precios de los suelos comenzarían a experimentar una tendencia a la baja, lo que eventualmente permitiría a los sectores más pobres acceder a una vivienda. Sin embargo, aquellos argumentos eran completamente falsos, y sólo sirvieron para impulsar las condiciones para la especulación con el suelo, para provecho de aquellos sectores privilegiados que, previo a la ampliación del límite urbano y la liberalización del suelo, se dedicaron a comprar terrenos rurales de escaso valor, sabiendo que, al quedar estos dentro del nuevo límite urbano, sus precios se dispararían. Se logró imponer de esta forma la lógica del mercado para orientar y “regular” el acceso al suelo urbano.

Si entendemos que la mayoría de la población se concentra hoy en las ciudades, y que esa tendencia será  cada vez más marcada, entonces, evidentemente esta “mercantilización” del suelo urbano favorece a aquellos sectores que poseen mayor poder adquisitivo, quienes pudieron y pueden apropiarse de grandes cantidades de suelo, con la seguridad de que su valor aumenta incesantemente. Allí reside la trampa sobre la que se funda esta inversión puramente especulativa, que permite la acumulación en manos de unos pocos, a partir de la desposesión de la mayoría: el suelo urbano no opera nunca como una “mercancía”, no puede regirse, en términos estrictos, según la “ley de la oferta y la demanda”, es decir, el aumento en la demanda de suelo no podrá ser acompañada del correspondiente aumento en la oferta, ya que es imposible “producir” el suelo urbano. 

La oferta de suelo urbano es limitada, por definición, de manera que la propiedad del suelo termina siendo una fuente de ganancia garantizada, para aquellos sectores que acaparan este recurso vital.

La oferta de suelo urbano es limitada, por definición, de manera que la propiedad del suelo termina siendo una fuente de ganancia garantizada, para aquellos sectores que acaparan este recurso vital, al permitirles especular con su valor y extraer  plusvalía de aquellos sectores que quedan completamente desposeídos de este.

«El Estado, al impulsar la preponderancia del valor de cambio sobre el espacio de la ciudad, en obediencia al interés del capital privado, lleva décadas debilitando lo urbano, produciendo y reproduciendo ciudades cada vez más segregadas»

Según el académico David Kornbluth, en Chile existen alrededor de 25 personas jurídicas o naturales que acumulan cada una más de 2000 viviendas en propiedad, 23 personas jurídicas o naturales acumulan entre 1001 y 2000 viviendas en propiedad, 51 que acumulan entre 501 y 1000, 28 entre 401 y 500; y 40 entre 301 y 400. En un cálculo simple, solo expropiando el patrimonio de los primeros dos rangos de estas cifras, se podría erradicar la totalidad de campamentos a nivel nacional.

Desde hace décadas, venimos escuchando discursos de buenas intenciones que hablan de “integración urbana”, programas “pro barrios” o “planificación urbana sustentable”, pero lo que en realidad tenemos es un pequeño grupo de especuladores, inversionistas inmobiliarios y grandes empresas constructoras, que toman las decisiones fundamentales que determinan la producción del espacio urbano, para que luego, el Estado transforme estas decisiones en políticas de gobierno.

Las pretensiones de ganancia del capital privado, que imponen la primacía del valor de cambio sobre el espacio urbano, se traducen en políticas públicas impulsadas por el Estado. Paradójicamente, lo urbano se funda siempre sobre el valor de uso. Por lo tanto, en Chile, el propio Estado, al impulsar la preponderancia del valor de cambio sobre el espacio de la ciudad, en obediencia al interés del capital privado, lleva décadas debilitando lo urbano, produciendo y reproduciendo ciudades cada vez más segregadas.


Este especial digital fue elaborado por el área de Habitabilidad de la Organización de Profesionales ConVocación. Cualquier duda o preguntas nos puedes escribir a equipo.convocacion@gmail.com. También nos puedes encontrar en: