Hace un par de semanas se estrenó en Netflix y en cines la sátira gringa sobre catástrofe «Don´t LooK Up», película dirigida por Adam Mckay (The Big Short, Vice), con elenco de primera partiendo por Leo Dicaprio, Meryl Streep, Cate Blanchet y los taquilleros Jennifer Lawrence, Thimotée Chalamet y Ariana Grande.
La cinta trata sobre la gesta de dos astrónomos, quienes descubren un meteorito que se dirige a la tierra y que en tan solo seis meses provocará un apocalipsis que acabará con la humanidad. Ellos deben convencer al poder político y a los medios de comunicación de la necesidad de actuar; sin embargo, estos últimos se ven conflictuados por intereses económicos, electorales y una cultura superficial y vacía de consumo y “redes sociales”. Los expertos ven sus advertencias diluidas en el absurdo. El mundo no-mira-arribista desestima los llamados a la acción hasta que ya es demasiado tarde y la estela del cometa es evidente desde cualquier parte del orbe… ¿Podrán los gringos salvar el mundo esta vez?
La alegoría al cambio climático cae de cajón en una nueva apuesta de Dicaprio por instalar la urgencia sobre el tema y llegar con el mensaje a otro público, saliendo del género documental que previamente exploró en Antes que sea tarde, aunque a ratos la apuesta parece uno de los clásicos documentales satíricos dirigido por Michael Moore (Bowling For Columbine, Sicko), donde la triste e indignante realidad se matiza con comedia, como una herramienta para darle masividad a la afilada crítica a la sociedad e invitar a la reflexión.
La película hace mención a Chile dos veces, ya que el meteorito en cuestión llegará nada más ni nada menos que a nuestras costas, por lo que al gobierno chileno le pagan unos cuantos miles de dólares en compensación, cosa que ocurre realmente ahora con el Cambio Climático y las políticas de mitigación del Protocolo de Kyoto(1997) y el Acuerdo de París (2016).
Fuera de esta “coincidencia”, otra conexión que se puede establecer entre este film con la realidad del país es que a pocas semanas de la elección de un nuevo presidente, en menos de tres meses el cometa Boric arribará a la Moneda y una suerte de “No-mira-arribismo” se ha instalado en la sociedad Chilena. A pesar de todas las señales y las coordenadas calculadas, el triunfalismo no quiere ver lo que con muchas luces destella su estela: gradualidad, moderación y negociación son las claves de este nuevo ciclo político que trae el progresismo, el cual lejos de destruir el modelo y hacer eco de las demandas y expectativas del pueblo, trae nuevo oxígeno, pirotecnia y rostros jóvenes para devolverle su estabilidad.
A pesar de todas las señales y las coordenadas calculadas, el triunfalismo no quiere ver lo que con muchas luces destella su estela: gradualidad, moderación y negociación son las claves de este nuevo ciclo político
Los poderes retratados en Don´t Look Up: clase empresarial, políticos, medios de comunicación, memes y “redes sociales” en su versión chilena, llaman al pueblo a No mirar arriba, a celebrar los gestos republicanos, la re-edición de la política de los acuerdos y el dar señales de estabilidad para los mercados, aunque ello en un par de meses sepulte bajo cenizas la urgencia de cambios reales para mejorar la vida de las familias trabajadoras.
Sin embargo, así como los astrónomos de la cinta no se cansaron de decirlo, replicamos su mensaje: “el peligro es inminente y hay que pasar a la acción”, mirar arriba y reconocer al progresismo con su verdadera cara legitimadora del sistema, volver a levantar el protagonismo y la organización popular para impulsar sin renuncias las demandas por una vida mejor, antes que sea tarde y que en 30 años nuestros nietos tengan que saltar futuros torniquetes por lo que no hicimos hoy.
Por Constanza Venegas