DECLARACIÓN FRENTE A LA COYUNTURA ELECCIONARIA MAYO 2023

Ni votar, ni anular: con rebeldía a no legitimar la farsa constituyente

El descontento frente a la precariedad de las condiciones de vida hizo que el pueblo saliera a las calles a manifestarse en 2019, demandas diversas como salud digna, fin a las AFP, educación de calidad, mejores sueldos, entre otras, evidenciaron las contradicciones a las que se ve sometido el pueblo. Se validó la protesta social como una forma de exigencia y transformación, lo que permitió abrir aún más la herida a la legitimidad que venía arrastrando la institucionalidad política desde hace décadas. 

Ante ese escenario, el bloque dominante -políticos tradicionales y emergentes y empresarios- tuvieron temor a un alza del pueblo y buscaron cerrar rápidamente esta fisura que crecía frente al descontento generalizado, instalando en las personas que un cambio de constitución sería suficiente para encubrir las condiciones precarias en las que vive el pueblo. Como siempre, situaron al voto como la única forma en que el pueblo se podría seguir manifestando, coartando toda forma de protagonismo popular.

Como organización ConVocación, hemos declarado que el proceso constituyente desde su gestación fue hecho a la medida del bloque en el poder, limitando todo cambio sustancial al sistema y manteniendo intactos los intereses de la clase empresarial, siendo solo una falsa oportunidad de participación que cierra toda posibilidad al pueblo de tener una verdadera influencia en la conquista de sus demandas. 

Esto queda demostrado durante los últimos tres años, donde se han vivido cuatro procesos eleccionarios sin ningún tipo de efecto en la vida de las mayorías. Por el contrario, en este tiempo las condiciones de precariedad del pueblo han empeorado y el proceso de empobrecimiento se profundiza, aumentando las tasas de desempleo, el nivel de endeudamiento, las largas listas de espera por una atención en salud que nunca llega y la cantidad de familias sin acceso a la vivienda. 

Quienes se han visto fortalecidos en este último tiempo, es el bloque en el poder y el sistema de dominación; la élite política, desde la derecha hasta sus miembros más progresistas, hábilmente han levantado un escenario mediático de posturas aparentemente contrarias pero que en el trasfondo persiguen lo mismo: seguir dominando al pueblo encausando sus intenciones de cambio de manera controlada en la institucionalidad. Queda de manifiesto que el bloque dominante jamás estará dispuesto a ceder sus riquezas ni a transar sus intereses de clase diga lo que diga cualquier carta de derechos. 

Estas nuevas elecciones del consejo constitucional no son la excepción y la prueba de que estos eventos de la “democracia” no generan mayores amenazas al sistema de dominación es la definición del voto obligatorio, ya que si la clase dominante pensará que con la votación puede perder privilegios las elecciones estarían prohibidas. Nos han hecho creer que la soberanía del pueblo sólo puede ser sustentada y expresada con un lápiz y papel, lo que está muy lejos de la realidad. Pues allí no reside el real poder de la clase popular.

Tampoco los cambios los harán nuevas caras políticas que solo vienen a refrescar el modelo y mantienen intacta la acumulación de riquezas en unos pocos. El gobierno de Boric, no se queda atrás y busca terminar de una vez con este proceso constituyente, haciendo un llamado a participar y no perderse la oportunidad de elegir a representantes. Pero no podemos confiar en un gobierno que se alinea a la perfección y con rapidez a la clase dominante, que realiza repetitivos cambios de chaqueta y continúa creando políticas que mantienen y profundizan el negocio y la precariedad en diversos ámbitos de la vida, donde termina echándose al bolsillo las demandas sociales y las vacía en políticas superficiales que solo buscan apaciguar al movimiento popular.

A quienes han hecho un llamado a votar nulo o en blanco, nuestra respuesta es no votar, es no sumarse a validar este engaño porque es lo que creemos justo y como pueblo es la única posición rebelde que podemos tomar ante este proceso eleccionario, ya que el porcentaje de votos nulos no tendrá relevancia pues para el bloque dominante lo conveniente es tener un alto quórum de participación para que se cierre el proceso con el resultado que sea y así dar por finalizada la etapa constituyente. 

A quienes llaman a votar para frenar a la derecha, debemos arremeter con un ¡no creemos en esta falsa ilusión de disputa!, ya que el oficialismo ha mostrado su verdadero carácter administrador del sistema. Por ende, no existe ninguna posibilidad de cambio real al sistema de dominación en esa opción. Hoy el progresismo es un enemigo más ya que atenta contra el levantamiento de una verdadera alternativa popular.

A quienes tienen espíritu de cambio, se les invita a organizarse y luchar en cada lugar donde el pueblo estudia, vive o trabaja, sabiendo que es un proceso que requiere trabajo cotidiano y que no está sujeto a atajos, pero confiando en que solo así el pueblo construirá la fuerza real para conquistar una vida digna.

Como profesionales populares denunciamos esta maniobra como tantas otras de quienes administran el modelo y que buscan engañar al pueblo con falsas promesas de cambio, por ello nos rebelamos y no votamos, aunque nos amenacen con multas nuestros principios no tienen precio. 

Para seguir levantando organización y proyecto popular. ¡Súmate a ConVocación!