A casi un mes del cambio de mando y la instauración del nuevo gobierno, nos propusimos analizar los movimientos de las últimas semanas para encontrar las claves de lo que será la agenda política y cómo ésta se relaciona con la clase popular, que hasta hoy se muestra expectante y hasta esperanzada por las promesas que trae el nuevo plantel.
El primer mes de gobierno
Previo al cambio de mando, a medida que fueron apareciendo los distintos abanderados de las carteras más relevantes para Apruebo Dignidad, se fueron definiendo los puntos clave para los primeros 100 días de gobierno, en los cuáles queremos destacar los ministerios del Interior, Hacienda y Educación.
En la temática de Seguridad y asuntos interiores, los puntos más importantes están asociados con la actitud de la nueva cara del Gobierno, Izkia Siches, frente al conflicto del Wallmapu, las protestas y la crisis migratoria. En el primer caso, la Ministra del Interior ha mostrado que utilizará una estrategia de “diálogo”, al más puro estilo concertacionista, es decir, sin darse el tiempo para conocer y reconocer las dinámicas y demandas propias del pueblo mapuche.
En el segundo, el Ministerio del Interior no pierde tiempo continuando la agenda represiva de los gobiernos anteriores, manteniendo la misma autonomía de Carabineros a la hora de reprimir y disuadir las protestas, como se mostró en la marcha estudiantil del viernes 25 de marzo o en el día de las y los jóvenes combatientes, donde se pone el parche antes de la herida y brinda su total apoyo a dicha institución. En el tercer tópico, la primera medida legislativa del gobierno fue la extensión del estado de excepción en el norte, debido al conflicto migratorio que se desencadenó desde la administración anterior. No obstante, el foco en este tema ha estado centrado en lo que la ministra dijo y desdijo en la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara de Diputadas y Diputados, lo que les costó la apertura de una investigación en la Fiscalía Regional de Valparaíso.
Por mientras en Hacienda, Mario Marcel debe hacer malabares para poder adaptar el programa de Gobierno a las capacidades económicas del Estado mediante una reforma tributaria, que es la pieza clave de la implementación de las propuestas más fuertes de Gabriel Boric. De momento se ha propuesto un plan de 21 medidas “urgentes” llamado Chile Apoya, pero sin tener un plan económico definitivo.
Momentáneamente, mientras no haya reforma tributaria, el gobierno enfrenta la actual crisis inflacionaria con medidas monetarias, como el aumento “progresivo” de la beca JUNAEB (de $32.000 a $36.800 en su primer aumento); la congelación de las tarifas del transporte público y en materia de educación se anuncia el definitivo “fin al CAE” y condonación de la deuda universitaria (propuestas que sólo han sido confirmadas mediante declaraciones).
Así, en la medida que el nuevo pacto de Apruebo Dignidad va sumándose a la burocracia de la administración del poder, van mostrando caras que quizás siempre estuvieron ahí pero antes podían esconder. Ejemplos de esto son el respaldo (sin necesidad) a las fuerzas del orden y seguridad, la gira con los grandes empresarios hacia Argentina o el reciente nombramiento de la presidencia de CODELCO, cargo que ostenta Máximo Pacheco, amigo personal del dueño de Anglo American, Andrónico Luksic.
¿Cómo se ve este escenario para los empresarios?
Como se observaba desde el periodo de campaña, en el bloque empresarial se ve una tranquilidad plena, pues con Boric tienen una reafirmación del modelo que tantas regalías les da. Si bien el gobierno pareciera querer cambiar la cara de la relación ejecutivo-empresarial, con gestos simbólicos, como el hecho de que los empresarios no fueran invitados al cambio de mando, inmediatamente el Presidente reafirma que no existe un ánimo de exclusión y sale a condenar fuertemente la situación, culpando a su propio equipo del “error”, reflejando con ello que a la larga son solo gestos mediáticos y momentáneos.
Por otro lado, los grupos empresariales (metalúrgicos, salmoneras, Asociación Gastronómica, Federación de Turismo, transmisoras de energía, Cámara de la Construcción, Cámara de Comercio) se pronunciaron y, mientras hablan de su amplia disposición a colaborar, por debajo van dibujando las próximas tareas que debe realizar el gobierno: restaurar la confianza para ser un país atractivo para la inversión, estable en términos económicos y eliminar las trabas sanitarias asociadas al manejo de la pandemia.
La mirada positiva del Gobierno de Boric para los empresarios reside en mantener a flote los elementos que a estos le interesan y necesitan para seguir acumulando. Camino distinto siguen los cambios sociales, los cuales se realizan de forma gradual, siempre y cuando no toquen los pilares de este modelo.
Nuestra mirada: construir organización
Luego de plantear los elementos más relevantes en este primer mes de Gobierno, vemos que los excluidos del poder y de las transformaciones sigue siendo la clase popular, las y los trabajadores, pobladores, estudiantes y todas las personas a las que les urge una sociedad distinta. Lo que no toman en cuenta en el Ejecutivo es que para impulsar las transformaciones que pregonan, necesitan de manera imprescindible del apoyo popular.
A pesar de llevar un solo mes, Apruebo Dignidad con su desinflado “proyecto transformador”, ya ha demostrado que la exclusión del pueblo en el poder sigue siendo la constante. Hay nuevas caras en el gobierno, pero las relaciones con los empresarios siguen siendo las mismas, y no hay apuestas transversales que apunten a tocar los pilares del mercado en la vivienda, la salud, la educación y el trabajo.
Porque para cambiar las cosas no solo deben aparecer nuevas caras en el gobierno, sino transformar la lógica y la práctica de cómo pensar y realizar estos cambios. El pueblo conoce sus necesidades e intereses, y tiene el derecho de contar con el protagonismo para decidir los cambios políticos que afectan su devenir, pero para ello, la clase popular debe disponer tanto de herramientas, técnicas y profesionales, como de las capacidades organizativas para utilizarlas.
Necesitamos reconstruir y reconstituir un movimiento popular, con todo lo que esto implica. Juntarnos, reconocernos como pueblo y trabajar por hacer crecer una organización con sus principios y objetivos claros. Para las y los trabajadores profesionales la tarea no es distinta. Reflexionar sobre nuestra posición a la hora de reproducir los engranajes que mueven el sistema e identificar al bloque que termina siendo beneficiado con nuestro trabajo, es el primer paso para apoderarnos de nuestra técnica y conocimiento, y redirigirla hacia un proyecto de emancipación, donde construyamos en conjunto -como pueblo- los pilares que queremos que sostenga a nueva sociedad.
Desde nuestra organización construimos el espacio buscando sumar a profesionales populares. Para eso estamos realizando diversas actividades, entre ellas: Sistematización de metodologías participativas con comités de vivienda (Área habitabilidad, 26 de abril), Foro profesionales ciencias sociales (Área ciencias sociales, Mayo); Lanzamiento Cuadernillos de Salud Popular (Área salud, Mayo).